
Copa Oro 2025: Análisis Integral del Torneo
La Copa Oro de la Concacaf 2025 se perfila como uno de los eventos futbolísticos más importantes del año en Norte, Centroamérica y el Caribe. El campeonato se disputará del 14 de junio al 6 de julio en Estados Unidos y Canadá, siendo el último compromiso oficial para las selecciones anfitrionas (México, Estados Unidos y Canadá) antes del Mundial de 2026.
En esta 18.ª edición participarán 16 equipos (15 de Concacaf más el invitado Arabia Saudita), divididos en cuatro grupos. A continuación, presentamos un análisis detallado de cada grupo (A, B, C y D), evaluando la fortaleza de las selecciones, sus entrenadores, historial reciente, figuras clave y expectativas. También los favoritos al título, posibles equipos revelación y las claves tácticas que podrían definir el campeonato, en un contexto de preparación rumbo a la Copa Mundial 2026 y con la incidencia de la localía en Estados Unidos/Canadá.
Grupo A: México, Costa Rica, Surinam, República Dominicana

México
El Tricolor llega como campeón defensor, tras ganar la Copa Oro 2023 con un gol agónico de Santiago “Chaquito” Giménez en la final ante Panamá. Ahora buscará revalidar el título y consolidar un plantel competitivo de cara al Mundial en casa. El veterano Javier “Vasco” Aguirre ha regresado al banquillo mexicano con la misión de enderezar el rumbo tras los altibajos recientes (fracaso en Copa América 2024) y ya le devolvió el dominio regional conquistando la Liga de Naciones 2025.
Bajo su dirección, México ha enfatizado la disciplina y la cultura de esfuerzo para renovar la mentalidad ganadora. La plantilla combina jugadores experimentados con jóvenes talentos que buscan consolidarse. Figuras como Santiago Giménez (goleador en Europa) y Hirving Lozano aportan desequilibrio, mientras veteranos como Guillermo Ochoa en el arco brindan liderazgo. La expectativa es ganar el torneo; el propio Aguirre ha reconocido que este certamen servirá para delinear el equipo rumbo a 2026, a la vez que buscará confirmar el resurgir del Tri en Concacaf. México es históricamente el máximo ganador de la Copa Oro (12 títulos regionales), y parte como gran favorito del Grupo A y candidato principal al campeonato.
Costa Rica
La selección tica atraviesa una etapa de renovación tras el ocaso de su generación dorada. Para encabezar este nuevo proceso ha llegado el técnico mexicano Miguel “Piojo” Herrera, quien asumió tras la salida de Luis F. Suárez. Curiosamente, Herrera se coronó campeón de Copa Oro dirigiendo a México en 2015, y ahora se reencuentra con el Tri como rival en el grupo. El Piojo aporta carácter y experiencia, buscando revitalizar a un equipo que en 2023 mostró señales de desgaste (eliminación en cuartos de la Copa Oro ante México). Costa Rica sigue contando con referentes veteranos: el arquero Keylor Navas –si decide jugar el torneo– es un líder indiscutible por su trayectoria en la élite europea, y jugadores como Joel Campbell o Celso Borges aportan recorrido. Sin embargo, la clave estará en la savia nueva: talentos emergentes (Manfred Ugalde, Jewison Bennette, entre otros) deberán dar un paso al frente para complementar a los históricos.
En su historial regional, Costa Rica no gana un título desde 1989 y suele quedarse a las puertas (ha alcanzado semifinales en ediciones recientes). Ahora, con Herrera al mando, las expectativas son de competirle a México por el liderato de grupo y al menos llegar a semifinales.
El duelo México vs. Costa Rica en la jornada inaugural promete ser el más atractivo del Grupo A, marcado por el choque entre Aguirre y Piojo Herrera, viejos conocidos. Costa Rica espera que el ímpetu de su nuevo técnico y la mezcla de experiencia/juventud le permitan ser la gran amenaza para el gigante mexicano en este sector.
Surinam
La escuadra surinamesa es una de las cenicientas del grupo, pero no debe ser subestimada. Surinam ha crecido futbolísticamente en años recientes gracias a la incorporación de jugadores de origen neerlandés. Su entrenador es el holandés Stanley Menzo, de 61 años, cuya experiencia previa a nivel de selecciones fue con Aruba. Si bien Menzo no es un técnico de alto perfil, cuenta con el apoyo de asesores como Henk ten Cate y Remko Bicentini en el cuerpo técnico, lo que evidencia el esfuerzo por dotar al equipo de mayor conocimiento táctico.
Surinam disputó por primera vez una Copa Oro en 2021 y regresa en 2025 con la intención de lograr su primer avance a eliminatorias. Sus jugadores clave, el delantero Gleofilo Vlijter, goleador en torneos de Concacaf anteriores. La fortaleza de Surinam reside en el físico y la técnica individual de sus futbolistas formados en Países Bajos, aunque colectivamente suelen sufrir ante rivales más rodados. En este grupo, su objetivo realista es competir de tú a tú contra República Dominicana y dar alguna sorpresa frente a los centroamericanos. Un empate ante Costa Rica o México sería histórico. En resumen, Surinam llega sin presión, como outsider, pero con el sueño de ser el caballo negro del Grupo A apoyado en su legión neerlandesa.
República Dominicana
La selección dominicana debuta en una fase final de Copa Oro, un logro inédito que refleja el progreso del fútbol quisqueyano. Su entrenador es el argentino Marcelo Neveleff, de 62 años, de perfil bajo y con experiencia principalmente en clubes (fue asistente en la MLS). El solo hecho de estar en esta Copa Oro ya es histórico para Dominicana, que tradicionalmente ha estado a la sombra de la pelota caribeña. Ahora intentará competir con dignidad y, por qué no, buscar resultados que sorprendan.
El plantel carece de nombres reconocidos internacionalmente, pero tiene a algunos jugadores en ligas extranjeras menores que sirven de pilares: el delantero Dorny Romero (liga de Bolivia) o el volante Jean Carlos López. También se ha nutrido de talentos de origen dominicano formados en España y EE.UU. Dominicana probablemente adopte un planteo ordenado y defensivo, intentando cerrar espacios y apostar al contragolpe. Superar la fase de grupos sería una hazaña para ellos; en principio llegan como el equipo más débil del Grupo A en el papel.
No obstante, podrían convertirse en juez del grupo si le arrebatan puntos a alguien. La motivación de escribir una página dorada en su debut continental será su principal motor. En síntesis, la República Dominicana asume el rol de víctima propiciatoria, pero con la ilusión de ser la revelación más inesperada del torneo si logra algún resultado positivo.
Favoritos y pronóstico
México es claramente el favorito para ganar el grupo por su jerarquía y momento ascendente, seguido por Costa Rica que debería tener los argumentos para clasificar segunda. Surinam y Dominicana se perfilan como animadores que tratarán de complicar a los dos gigantes y pelear entre sí por no terminar últimos. La lógica indica un México líder invicto y Costa Rica escolta, pero cualquier tropezón abriría la puerta a la sorpresa de Surinam (un empate resonante) o a qué Dominicana sume sus primeros puntos históricos.
Grupo B: Canadá, Honduras, El Salvador, Curazao

Canadá
El conjunto canadiense lidera el Grupo B como cabeza de serie y llega con la etiqueta de aspirante serio al título. Después de su notable ciclo reciente –clasificó al Mundial 2022 tras 36 años y alcanzó la final de la Nations League 2023–, Canadá busca dar el siguiente paso: ganar la Copa Oro por primera vez desde el 2000.
Para ello cuenta con su “Generación de oro”, encabezada por estrellas de calibre mundial. El lateral/extremo Alphonso Davies (Bayern Múnich) es el jugador insignia: su velocidad y desequilibrio por banda no tienen parangón en Concacaf. Junto a él, el goleador Jonathan David (Lille) aporta definición, y otros como Cyle Larin, Tajon Buchanan o Stephen Eustáquio completan un núcleo fuerte con experiencia en ligas europeas. En el banquillo, Canadá vive un cambio importante: tras la salida de John Herdman, asumió el técnico estadounidense Jesse Marsch, ex DT del RB Leipzig y Leeds United.
Marsch tiene su primera experiencia como seleccionador y es conocido por su enfoque dinámico y de presión alta, algo que podría potenciar las virtudes físicas de Canadá. Bajo su mando, “Les Rouges” buscarán revancha luego de quedar cortos en torneos recientes –fueron subcampeones de la Liga de Naciones 2023 y tuvieron un desempeño discreto en la Copa Oro 2023–. Si bien en la edición pasada sufrieron para pasar de grupos, ahora la expectativa es mucho mayor. Como co-anfitriones del Mundial 2026 (y por ende ya clasificados), quieren aprovechar este torneo para foguearse al máximo nivel.
Canadá es favorito a ganar el Grupo B y uno de los candidatos al título gracias a su plantel potente. La clave estará en que Marsch logre solidificar la defensa (su punto más débil) y en la inspiración de sus figuras (Davies, David) en los momentos de definición.
Honduras
La H selección Catracha llega con ansias de reivindicación tras años difíciles. Honduras fracasó en la eliminatoria a Qatar 2022 (último lugar en el octagonal) y en la Copa Oro 2023 quedó eliminada en fase de grupos, por lo que la presión recae en cambiar la historia. Para ello han vuelto a confiar en el experimentado técnico colombiano Reinaldo Rueda, quien vive su segunda etapa al mando hondureño. Rueda clasificó a Honduras al Mundial 2010 en su primer ciclo, y ahora intenta reconstruir un equipo competitivo. Su presencia aporta conocimiento de la idiosincrasia local y mano firme táctica.
En cuanto a la plantilla, Honduras combina veteranos con nuevos valores. Figuras como Andy Najar y Maynor Figueroa ya no están, pero quedan referentes como Romell Quioto en ataque –si se recupera físicamente–. El peso ofensivo probablemente recaiga en Alberth Elis (rápido extremo ex Boavista) y Anthony “Choco” Lozano (delantero con experiencia en España). También destacan jóvenes como Luis Palma (AEK Atenas) que añaden frescura. La fortaleza tradicional hondureña ha sido su físico y garra, pero necesitan mejorar en generación de juego y puntería.
En este Grupo B, Honduras se enfrenta a su “coco” Canadá (no le gana en Copa Oro desde 2007) y a dos rivales regionales conocidos. La prensa catracha considera que les tocó una “zona complicada”, pero confían en Rueda para meterse a cuartos. El objetivo mínimo es clasificar (top 2 del grupo), algo que Honduras logró regularmente en la década pasada. Si recuperan solidez defensiva y efectividad arriba, pueden disputar el primer puesto a Canadá. De lo contrario, tendrán que pugnar fuertemente con El Salvador y Curazao. La localía podría jugar a su favor en sedes de EE.UU. con nutrida comunidad hondureña. Honduras apuesta por la experiencia de su DT y el orgullo herido para ser protagonista nuevamente.
El Salvador
La Selecta salvadoreña inicia una nueva era bajo la dirección técnica del colombiano Hernán “Bolillo” Gómez, quien asumió en 2023 con la misión de sacar al equipo de una larga sequía. Bolillo Gómez tiene un currículum notable (llevó a Colombia, Ecuador y Panamá a mundiales) y ahora trata de inyectar su experiencia en una selección joven y necesitada de resultados.
El Salvador no alcanza semifinales de Copa Oro desde 1985, y en 2021 y 2023 se quedó en fase de grupos, lo que generó críticas. Con Bolillo al mando, se espera mayor orden táctico y competitividad. En la cancha, El Salvador carece de estrellas rutilantes, pero posee un grupo compacto. Su figura más conocida es el lateral Álex Roldán (Seattle Sounders), capitán que aporta calidad y liderazgo. Junto a él, jugadores como Bryan Tamacas (defensa) o Narciso Orellana (contención) brindan experiencia regional.
Hay expectativa por jóvenes como Enrico Dueñas (formado en Países Bajos) que pueden marcar diferencia. El Salvador suele apostar por un juego aguerrido, buscando transiciones rápidas. Su talón de Aquiles ha sido el gol –no cuenta con un “9” contundente–, por lo que la efectividad de atacantes como Jairo Henríquez o Walmer Martínez será vital. En este grupo, El Salvador ve posible pelear la clasificación. Canadá parte como favorito, pero ante Honduras y Curazao los salvadoreños creen poder competir de igual a igual. El duelo centroamericano ante Honduras será clave; un resultado positivo allí aumentaría sus opciones. Bolillo Gómez ha declarado que quiere “levantar a una selección sumergida en la lipidia (sequía)”, reflejando que su meta es al menos llegar a cuartos de final.
En síntesis, El Salvador llega con modestia pero con la esperanza de ser uno de los equipos sorpresa, respaldado en la amplia trayectoria de su entrenador y en el hambre de un plantel que quiere darle una alegría a su afición después de mucho tiempo.
Curazao
La pequeña isla caribeña de Curazao completa este Grupo B, y aunque es la de menor población, trae consigo una interesante mezcla de talento europeo y liderazgo técnico. Sorprendentemente, el entrenador es nada menos que el holandés Dick Advocaat, técnico de renombre mundial que ha dirigido selecciones como Holanda, Bélgica, Rusia y Serbia.
Advocaat asumió el reto de Curazao buscando repetir la hazaña de Guus Hiddink hace años de potenciar a este combinado. En cancha, Curazao cuenta con varios jugadores nacidos o formados en Países Bajos, que le dan un nivel competitivo. Leandro Bacuna (Groningen, ex Premier League) es el capitán y figura, un mediocampista versátil de 33 años que aporta experiencia, gol y explosión. Su hermano Juninho Bacuna (Birmingham City) también es clave en el mediocampo. Otros nombres conocidos incluyen al portero Eloy Room (ex PSV) y al defensa Cuco Martina.
Tras ausentarse de la Copa Oro 2023, Curazao regresa habiendo sido cuartofinalista en 2019. Su estilo combina la disciplina táctica europea con la habilidad caribeña, lo que les ha permitido dar sustos a rivales mayores. En este grupo, Curazao actuará de “tapado”: en el papel es el menos favorito, pero nadie se confía. Podrían complicar a El Salvador y Honduras; de hecho, en eliminatorias pasadas ya empataron con hondureños.
Advocaat seguramente planteará un equipo ordenado atrás, buscando salidas rápidas con sus mediocampistas técnicos. El sueño curazoleño es repetir la hazaña de 2019 y meterse a cuartos de final. Para lograrlo, probablemente necesiten al menos una victoria (quizá ante El Salvador) y un empate adicional. Cualquier distracción de los rivales podría ser capitalizada. En resumen, Curazao es un equipo de cuidado, con más oficio del que sugiere su tamaño, y que podría robar puntos importantes en el Grupo B.
Favoritos y pronóstico
Canadá parte como favorito a ganar el grupo, respaldado por su talento y reciente tercer lugar en Liga de Naciones. Detrás, se vislumbra una pelea muy cerrada entre Honduras, El Salvador y Curazao por el segundo boleto. Honduras, por historia y jerarquía individual, podría tener una ligera ventaja si aplica la experiencia de Rueda, pero El Salvador de Bolillo y Curazao de Advocaat presentan proyectos capaces de dar batalla. Un detalle a considerar es la localía: Canadá y El Salvador podrían sentirse casi en casa en algunas sedes con sus comunidades emigrantes, lo que sumaría apoyo.
Canadá parte como favorito a ganar el grupo, respaldado por su talento y reciente tercer lugar en Liga de Naciones. Detrás, se vislumbra una pelea muy cerrada entre Honduras, El Salvador y Curazao por el segundo boleto. Honduras, por historia y jerarquía individual, podría tener una ligera ventaja si aplica la experiencia de Rueda, pero El Salvador de Bolillo y Curazao de Advocaat presentan proyectos capaces de dar batalla. Un detalle a considerar es la localía: Canadá y El Salvador podrían sentirse casi en casa en algunas sedes con sus comunidades emigrantes, lo que sumaría apoyo.
Grupo C: Panamá, Jamaica, Guatemala, Guadalupe

Panamá
La Marea Roja panameña llega en un gran momento, consolidada como una de las selecciones más fuertes de Concacaf últimamente. Panamá fue subcampeón de la Copa Oro 2023, cayendo en la final estrechamente ante México, y quiere sacarse la espina logrando por fin un título mayor.
El equipo sigue bajo el mando del hispano-danés Thomas Christiansen, quien ha imprimido un estilo de juego atractivo y competitivo desde 2020. Christiansen ya llevó a Panamá a una final y permanece como técnico, dando continuidad a un proceso exitoso. En cancha, Panamá tiene un bloque muy unido y con experiencia en estas instancias. Su figura emergente es el mediocampista Adalberto “Coco” Carrasquilla, recientemente fichado por Pumas UNAM, quien funge como motor creativo en el mediocampo. Carrasquilla fue clave para catapultar a Panamá a la final pasada y es el líder futbolístico del equipo. Junto a él, destacan jugadores como Édgar Bárcenas (extremo desequilibrante), Aníbal Godoy (contención de jerarquía) y el goleador Ismael Díaz, que aportó goles importantes en 2023.
Panamá ha mezclado la veteranía de la generación mundialista de 2018 (Blas Pérez, Baloy y compañía ya no están, pero quedan algunos con recorrido) con sangre nueva. Colectivamente, son ordenados en defensa y letales al contragolpe. En el contexto de este grupo, muchos consideran a Panamá como favorito, pero el sorteo los colocó en una zona muy pareja. El choque con Jamaica será probablemente decisivo por el liderato. La meta de Panamá es ganar el Grupo C para tener un cruce más favorable en cuartos, y en lo global, volver a llegar a la final e intentar ganarla esta vez. Tras también obtener el tercer lugar en la Liga de Naciones 2022 y perder la final de la Liga de Naciones 2025 ante el própio México. Cuentan además con cierta “localía” ya que muchos panameños residen en EE.UU. En síntesis, Panamá es un candidato serio: equipo cohesionado, con hambre de título y un técnico que ya sabe lo que es competir de tú a tú con México y EE.UU.
Jamaica
Los Reggae Boyz afrontan la Copa Oro 2025 con quizás el plantel individual más talentoso de su historia y un nuevo liderazgo en el banquillo. La federación jamaicana sorprendió al nombrar al inglés Steve McClaren –ex técnico de la selección de Inglaterra– como entrenador del equipo, lo que aporta un peso importante en experiencia europea. McClaren, de 63 años, tendrá su debut en Copas Oro y buscará darle a Jamaica la organización táctica que a veces le ha faltado para dar el salto definitivo. Jamaica ha sido finalista de la Copa Oro dos veces (2015 y 2017) y semifinalista en 2019 y 2023; está siempre al acecho del título sin haberlo conseguido aún. La expectativa es que 2025 pueda ser su año. El elenco jamaicano está repleto de jugadores que militan en ligas de primer nivel: el extremo Leon Bailey (Aston Villa) es uno de sus mayores referentes actuales, aportando velocidad y disparo; el delantero Michail Antonio (West Ham) –si decide estar presente– provee potencia física y goles; otros como Demarai Gray (Everton), Shamar Nicholson o el defensor Ethan Pinnock (Brentford) también refuerzan la columna vertebral. Además, el portero Andre Blake (Philadelphia Union) es un guardameta élite en la región.
La fortaleza de Jamaica históricamente radica en su atletismo y potencia, y ahora suman mayor bagaje técnico con tantos “legionarios” en Europa. El reto para McClaren será cohesionar ese talento disperso en un sistema eficiente. En este Grupo C, Jamaica querrá ganar el grupo para evitar a un gigante en cuartos. Si logran desplegar todo su potencial ofensivo, pueden ser una de las ofensivas más temibles del torneo. Las expectativas son, mínimo, llegar a semifinales nuevamente y soñar con romper el maleficio en la final. La motivación extra es que muchos de estos jugadores buscan asegurar su puesto para el Mundial 2026 (Jamaica peleará por clasificar), así que un gran torneo consolidaría al grupo. Jamaica, en suma, es un contendiente peligroso, quizá no el foco principal de favoritismo, pero con material humano de sobra para ganar la Copa Oro si logran jugar en conjunto.
Guatemala
La afición chapina vuelve a ilusionarse con su selección, que poco a poco ha mostrado mejoría. Guatemala, dirigida por el técnico mexicano Luis Fernando Tena, viene de alcanzar los cuartos de final en la Copa Oro 2023 (su mejor actuación en décadas) y tiene como objetivo repetir o mejorar esa actuación. Tena, recordado por ganar el oro olímpico con México en Londres 2012, ha aportado orden táctico y mentalidad ganadora a Guatemala desde que tomó las riendas en 2021.
El equipo carece de nombres estelares, pero se caracteriza por su solidaridad y entrega en el campo. Su jugador más destacado actualmente es el delantero Rubio Rubín (Real Salt Lake), quien optó por representar a Guatemala y fue importante en la pasada Copa Oro con goles; su movilidad y olfato serán vitales. También son referentes el volante Óscar Santis (rápido, habilidoso) y el defensor José Contreras. Guatemala no tiene tanta profundidad, pero ha demostrado ser un rival incómodo: en 2023 sorprendió al ganar su grupo por encima de Canadá.
Esa experiencia les da confianza de que pueden competir contra cualquiera. En este Grupo C cargado, Guatemala se perfila como candidato a revelación. Saben que Panamá y Jamaica en teoría son superiores, pero los chapines buscarán capitalizar cualquier exceso de confianza. El empuje anímico es grande; tras años de ausencia por suspensión FIFA, Guatemala volvió con bríos. Tena probablemente planteará un equipo ordenado atrás, con cinco mediocampistas combativos, y apostará a transiciones rápidas y balones parados (donde suelen ser efectivos).
El apoyo de la comunidad guatemalteca en EE.UU. también será un factor: en la última Copa Oro sus aficionados llenaron estadios, dándole prácticamente localía. La expectativa guatemalteca es colarse en cuartos nuevamente. Para ello, el duelo contra Guadalupe es de obligada victoria, y luego intentar robarle puntos a Panamá o Jamaica (un empate ante alguno de los dos podría bastar si vencen a Guadalupe). No será fácil, pero Guatemala ya demostró que puede contra pronóstico (victoria 2-0 sobre Canadá en Nations League 2023, por ejemplo). Si logran clasificarse, sería un espaldarazo enorme rumbo a las eliminatorias mundialistas. En conclusión, Guatemala es un equipo en ascenso, ordenado y aguerrido, listo para aprovechar cualquier descuido de los favoritos del grupo.
Guadalupe
La selección de Guadalupe (Guadeloupe, territorio francés en el Caribe) completa este grupo y añade un elemento intrigante. Si bien no es miembro FIFA, compite en Concacaf y tiene antecedentes memorables –fue semifinalista en 2007 tumbando a Honduras en cuartos con gol de su leyenda Jocelyn Angloma. Precisamente Angloma, ex internacional francés, es ahora el director técnico de Guadalupe, buscando repetir aquellas gestas con un plantel limitado. Guadalupe suele conformarse con jugadores de ligas inferiores de Francia, algunos con experiencia en Ligue 1/Ligue 2.
Para esta edición, uno de los nombres a seguir podría ser Matthias Phaeton (delantero joven que milita en Francia) o Andreaw Gravillon (defensa con pasado en la Serie A italiana) si se suman. Su mayor figura histórica, Angloma, ahora desde el banquillo infunde conocimiento táctico. En cuanto al juego, Guadalupe tradicionalmente se planta bien defensivamente y apuesta por contragolpes veloces. En 2021 y 2023 compitió dignamente en fase de grupos, incluso sacando empates sorpresivos (en 2023 igualó 2-2 con Canadá). Esto demuestra que pueden dar un susto a cualquiera si se les subestima. En este “grupo de la muerte”, Guadalupe es el conjunto más débil sobre el papel, pero también el que no tiene nada que perder. Su objetivo es volver a hacer historia alcanzando cuartos, para lo cual deberán vencer a Guatemala (su rival más accesible) y esperar otro resultado positivo.
Angloma seguramente motivará a sus jugadores con la proeza del 2007. Además, muchos futbolistas guadalupenses ven la Copa Oro como vitrina para ser fichados en mejores clubes, lo que eleva su motivación individual. Expectativa: si bien la lógica los ubica cuartos en el grupo, no sería sorprendente que rasquen algún punto. Incluso un tercer lugar con 4 puntos no luce imposible si logran un triunfo y un empate. En definitiva, Guadalupe encarna el espíritu de “matagigantes caribeño”, y aunque sus probabilidades de avanzar son reducidas, aportarán color e incertidumbre en cada partido que disputen.
Favoritos y pronóstico
Este grupo promete ser el más parejo y competitivo del torneo, al punto de ser catalogado como el “grupo de la muerte” de la Copa Oro 2025. Panamá y Jamaica parten como favoritos compartidos para avanzar –ambos con nivel de semifinalistas o finalistas–, pero ni Guatemala ni Guadalupe serán rivales sencillos. Panamá, por su cohesión y reciente final alcanzada, quizá tenga una ligera ventaja para liderar el grupo.
Jamaica, con su constelación de figuras, tiene el techo más alto pero deberá demostrar regularidad. Detrás, Guatemala podría aprovechar un descuido de alguno de los dos de arriba; si los chapines mantienen su solidez, podrían pelearle el segundo puesto a Jamaica o Panamá hasta la última fecha. Guadalupe, por su parte, intentará aguarle la fiesta a alguien; un empate de Guadalupe ante cualquiera de los favoritos podría provocar un triple empate en puntos muy interesante.
Grupo D: Estados Unidos, Haití, Trinidad y Tobago, Arabia Saudita

Estados Unidos
El USMNT afronta la Copa Oro 2025 con varias particularidades: es anfitrión (junto a Canadá) de gran parte del torneo, posee una plantilla llena de talentos europeos y, sin embargo, llega con cierta sed de revancha tras un 2023-24 irregular. Estados Unidos es la segunda selección más laureada de la Copa Oro con 7 títulos, pero en la edición 2023 quedó fuera en semifinales. Ahora, en casa, apuntan a recuperar el cetro regional. La federación contrató al argentino Mauricio Pochettino como entrenador (en reemplazo de Gregg Berhalter) en septiembre de 2024.
Pochettino, ex técnico del Tottenham y PSG, está ante su primera competencia oficial con EE.UU. y ya ha impregnado al equipo de una filosofía de intensidad y presión. No obstante, sus primeros meses no fueron sencillos: bajo su mando, Estados Unidos perdió terreno en la Nations League 2025, cayendo al cuarto lugar tras derrotas ante México, Canadá y Panamá. Esto ha generado críticas y ha evidenciado que el proyecto aún está en construcción.
Con ese contexto, la Copa Oro es vital para que Pochettino afiance su idea y la cultura competitiva del equipo de cara al Mundial donde serán locales. En cuanto a la nómina, Estados Unidos tiene una de las más fuertes del campeonato. El emblema es Christian Pulisic (AC Milan), el “Capitán América”, un extremo desequilibrante que suele crecerse con la selección. Junto a él, la generación joven dorada: Giovanni Reyna (Dortmund), Weston McKennie (Juventus/Leeds), Tyler Adams (Bournemouth), Sergiño Dest (PSV) y el delantero Folarin Balogun (Mónaco) entre otros.
Si Pochettino convoca a su plantel estelar, prácticamente tendría un “equipo A” de nivel de Mundial. Cabe la posibilidad, eso sí, de que rote algunos jugadores para probar opciones, ya que EE.UU. al ser sede del Mundial no juega eliminatorias y utiliza estos torneos para rodaje. Aun con experimentos, Estados Unidos es claro favorito del Grupo D; de hecho, la prensa ya lo ve avanzando sin problemas a cuartos al ser local y por su calidad.
Su objetivo es ganar el grupo con solvencia y encaminarse al título, especialmente pensando en un eventual choque contra México en fases finales para revalidar supremacía. La localía (partidos ante su público) debe ser un plus, aunque curiosamente podrían enfrentar numerosa afición rival en ciertos encuentros (por ejemplo, comunidades haitianas o de TT en Miami/Nueva York). En resumen, Estados Unidos tiene todo para dominar su grupo y es, junto a México, el candidato principal a levantar la Copa Oro.
Haití
La selección haitiana, conocida como Les Grenadiers, es un equipo impredecible capaz de lo mejor y lo peor. En 2019 dio la campanada al llegar hasta semifinales de la Copa Oro (eliminó a Canadá con remontada histórica) convirtiéndose en la sorpresa del torneo. Desde entonces, su rendimiento ha sido irregular; en 2021 no pasó la fase de grupos y en 2023 tampoco, pero siempre queda la sensación de que pueden volver a sorprender. Para 2025, Haití contará con el técnico francés Sébastien Migné, de 52 años, quien ha hecho carrera en selecciones africanas (dirigió a Congo, Kenia, Guinea Ecuatorial).
Migné busca dar mayor disciplina táctica sin coartar el talento natural haitiano. El equipo tiene varios jugadores en ligas europeas menores y Norteamérica. Su atacante estrella es Duckens Nazon, autor de goles clave en 2019 y quien milita en el fútbol búlgaro; Nazon es potente y oportunista. También destaca el delantero Frantzdy Pierrot (Maccabi Haifa, Israel) de buen juego aéreo, y el volante Derrick Etienne Jr. (LA Galaxy) con desequilibrio por bandas. Haití suele apoyarse en su velocidad y fortaleza física, aunque su defensa ha sido punto débil (encajó muchos goles en ediciones pasadas).
En este Grupo D, Haití ve una buena posibilidad de pelear la clasificación a cuartos. El claro dominador debe ser EE.UU., pero el segundo puesto está abierto entre haitianos, triniteños y saudíes. Haití tiene experiencia enfrentando a Trinidad y Tobago en el Caribe, con resultados mixtos, pero confían en superarlos. La incógnita es Arabia Saudita, un rival inédito para ellos. Si Haití logra replicar el nivel de 2019, podría perfectamente quedarse con el segundo lugar. Las claves serán mantenerse concentrados atrás (evitar errores defensivos) y que sus delanteros estén finos. Un buen arranque ante Trinidad (debut) les daría impulso.
El equipo juega también para darle una alegría a su gente, que ha pasado por muchas dificultades fuera del fútbol. En síntesis, Haití es un candidato a equipo revelación, con antecedentes que respaldan su potencial, y llegará dispuesto a arruinar los pronósticos nuevamente. No en vano en 2019 “el equipo del Caribe fue la sorpresa de la competición” y esa memoria los motiva a repetir la hazaña.
Trinidad y Tobago
Los Soca Warriors de Trinidad y Tobago regresan a la fase final con aspiraciones de volver a ser relevantes. Tras años de discreto desempeño (no avanzan a cuartos desde 2015), la federación ha apostado por una figura emblemática para el banquillo: Dwight Yorke, el mejor futbolista trinitense de la historia, ahora entrenador. Yorke, de 53 años, ganó prácticamente todo como jugador (Champions con Manchester United) pero como DT está dando sus primeros pasos. Su nombramiento busca inspirar a la nueva generación con su aura ganadora, aunque tácticamente será examinado.
Trinidad y Tobago presenta un plantel con mezcla de veteranos y jóvenes. Su figura actual más destacada es el atacante Levi García, delantero del AEK Atenas que viene de ser goleador en Grecia; García con su velocidad y remate es la principal arma ofensiva. En el medio, Kevin Molino (ex MLS) aporta experiencia si está en forma, y el capitán Khaleem Hyland en la contención brinda liderazgo. En defensa, el zaguero Sheldon Bateau y el arquero Marvin Phillip son referentes. Trinidad históricamente se caracterizó por jugadores técnicamente dotados y atléticos, pero ha adolecido de inconsistencia.
Para esta Copa Oro, su aspiración es luchar por el segundo puesto del grupo. Saben que EE.UU. en casa será un escollo mayor (aunque le sacaron un empate histórico en 2019), pero ven posibles victorias frente a Haití o contra la invitada Arabia Saudita. El duelo caribeño Haití-T&T puede decidir mucho: Trinidad buscará revancha de la eliminatoria a 2022 donde Haití los dejó fuera. Yorke seguramente planteará un esquema equilibrado, confiando en la chispa de sus atacantes. Un punto a mejorar es la defensa, que fue endeble en las eliminatorias pasadas.
Arabia Saudita
La presencia de Arabia Saudita como invitado especial añade un sabor diferente a esta Copa Oro. El equipo asiático (único no perteneciente a Concacaf) llega con la mira puesta en ganar roce internacional de alto nivel y prepararse hacia sus propias metas (fue confirmado anfitrión del Mundial 2034). Arabia Saudita tiene un palmarés destacado en Asia (3 Copas Asiáticas) y viene de jugar el Mundial 2022, donde protagonizó la mayor sorpresa al vencer 2-1 a Argentina, eventual campeón del mundo. Aquel partido mostró de lo que son capaces cuando se conjuntan bien: disciplina táctica, intensidad y jugadores técnicamente sólidos.
Para 2025, los saudíes estrenan proceso técnico. Si bien el francés Hervé Renard fue el artífice del triunfo ante Argentina, dejó el cargo en 2023; en su lugar asumió el italiano Roberto Mancini (ex campeón de la Euro 2020 con Italia). Arabia Saudita suele convocar jugadores 100% de su liga doméstica, la cual ha crecido enormemente (con grandes figuras mundiales, aunque estos extranjeros no juegan la selección). Salem Al-Dawsari es la figura más reconocible: el extremo del Al-Hilal, autor del golazo ante Argentina en Qatar, es un futbolista desequilibrante y de gran experiencia. También destacan el capitán Salman Al-Faraj (mediocampista organizador) y el delantero Firas Al-Buraikan, joven goleador en ascenso. Arabia Saudita propondrá un estilo de toque y velocidad por las bandas, acostumbrado a climas cálidos similares a los de algunas sedes en EE.UU. En este Grupo D, los saudíes son la gran incógnita para los rivales de Concacaf.
¿Cómo encajarán? Por calidad individual y ranking FIFA, probablemente sean competitivos e incluso superiores a Haití y Trinidad en ciertos aspectos. Sin embargo, juegan fuera de su confederación y sin la misma familiaridad con los oponentes. Si traen a su equipo titular completo, Arabia Saudita podría disputarle el primer lugar a Estados Unidos o al menos asegurar el segundo. Su objetivo mínimo será avanzar a cuartos de final, demostrando que también pueden imponerse en territorio concacafense. Sería su debut en Copa Oro, pero no es un equipo novato en grandes instancias: recordemos que han enfrentado a potencias en mundiales y copas asiáticas. Quizás acusen la falta de apoyo de su afición, aunque habrá curiosidad de los neutrales por verlos. En suma, Arabia Saudita es un “wild card” en este torneo: un invitado de lujo cuyo rendimiento es una incógnita relativa, pero con el potencial de romper la lógica del grupo y convertirse en protagonista serio.
Favoritos y pronóstico
Estados Unidos, por peso propio y condición de local, es el claro favorito a ganar el Grupo D. Sería una sorpresa mayúscula que no termine líder invicto, dado que tiene amplia ventaja en el plantel sobre los demás. La pelea por el segundo puesto promete ser intensa. A priori, Arabia Saudita podría tener una ligera ventaja por su experiencia mundialista y calidad técnica; muchos observadores los ven avanzando, aunque deberán adaptarse rápido. Haití y Trinidad y Tobago librarán un duelo caribeño donde el ganador mantendrá viva la esperanza de clasificar.
Favoritos al título y expectativas generales

Concluido el sorteo de la fase de grupos, es momento de valorar qué selecciones se perfilan como favoritas para ganar la Copa Oro 2025. Por historia reciente y calidad mostrada, México y Estados Unidos encabezan la lista. Son las potencias tradicionales de Concacaf (México máximo campeón y EE.UU. segundo) y llegan además con la motivación de prepararse para “su” Mundial. Ambos tuvieron sorteos benevolentes en sus grupos, evitando mayores sobresaltos en primera ronda, y lo lógico es que avancen con solvencia a las rondas eliminatorias.
- México busca el bicampeonato consecutivo y llega en franco ascenso bajo Aguirre. Recuperó el trono de la región ganando la Nations League 2025 y quiere reafirmarlo con la Copa Oro. La localía compartida juega a su favor: aunque no es anfitrión oficial, los estadios en EE.UU. tradicionalmente se pintan de verde con la afición mexicana. Además, esta selección tiene la ventaja de la continuidad competitiva: a diferencia de otros, disputó Copa América 2024 (aunque le fue mal), lo que le dio roce de alto nivel. Con un plantel mezcla de veteranos triunfadores y jóvenes en Europa, México tiene quizás la plantilla más profunda. Su meta es clara: “ganar el torneo de verano para confirmar que recupera el dominio de Concacaf y fortalecer el proceso rumbo al Mundial 2026”. Todo lo que no sea alzar el trofeo en Houston el 6 de julio será visto como un fracaso para el Tri.
- Estados Unidos, por su parte, quiere reivindicarse en casa. Tras ganar la Copa Oro 2021, se quedó con sabor amargo en 2023 al caer en semifinales, y vio a su acérrimo rival (México) levantar el título. Ahora, con una nueva dirección técnica y talento joven de sobra, los estadounidenses pretenden reconquistar la copa frente a su público. Ser anfitrión siempre ha sido un plus para EE.UU. (ha ganado la mayoría de sus títulos en casa). Además, esta Copa Oro reviste gran importancia como preparación para 2026: el propio seleccionador Pochettino sabe que necesita un buen desempeño aquí para cohesionar al grupo y recuperar la confianza interna.
Por supuesto, hay otros contendientes que buscarán romper el duopolio. Canadá es quizás el tercero en discordia. La escuadra de la hoja de maple ha demostrado que puede competir de tú a tú con mexicanos y estadounidenses (les ganó en eliminatorias, llegó a la final de Nations League 2023) y tiene individualidades de primer nivel. Aunque su historia en Copa Oro es modesta (un título en 2000), este grupo de jugadores aspira a algo grande antes del Mundial donde serán co-anfitriones. Con la llegada de Jesse Marsch, Canadá espera dar ese salto.
Panamá igualmente merece mención: viene de ser finalista y ha mostrado consistencia; ya perdió dos finales (2005 y 2013) además de la de 2023, por lo que tiene la experiencia y la motivación de finalmente coronarse. Si el cuadro canalero mantiene su nivel, podría colarse de nuevo en la final. Jamaica es otra selección que ningún favorito querrá enfrentar en eliminación directa: su talento individual puede eliminar a cualquiera en una noche inspirada (lo demostró eliminando a México en semifinales 2017, o a EE.UU. en 2015). Con jugadores en la Premier League, los Reggae Boyz son potencialmente letales y están acostumbrados a llegar a instancias finales.
En cambio, selecciones tradicionales como Costa Rica u Honduras llegan con menos cartel esta vez. A los ticos les ha costado renovar su plantel y no levantan un título desde hace décadas, pero nunca se les puede descartar totalmente en eliminatorias por su oficio. Honduras, por su parte, suele ser animador de semifinales en Copa Oro históricamente, pero necesitaría una gran mejora respecto a sus últimas presentaciones para aspirar al campeonato.
La condición de local es un factor a considerar: Estados Unidos juega en casa, Canadá probablemente disputará partidos en su territorio (Concacaf anunció 14 sedes entre EE.UU. y Canadá), y México aunque no es sede oficial, siempre convierte los estadios estadounidenses en su segunda casa. Esto significa que las tres potencias norteamericanas contarán con apoyo masivo y familiaridad con los entornos.
Por ende, la localía refuerza aún más su favoritismo. Un aspecto llamativo: Argentina y Brasil declinaron invitaciones para participar, lo que habría añadido rivales de peso; así, la pelea queda “en familia” dentro de Concacaf (con la salvedad de Arabia Saudita). Con este panorama, México, Estados Unidos y Canadá aparecen encaminados a monopolizar el podio.
Posibles equipos revelación

Siempre en la Copa Oro emerge algún equipo revelación que supera las expectativas y complica a los grandes. En 2019 fue Haití (semifinalista inesperado), en 2021 Catar (invitado) llegó a semifinales, y en 2023 Panamá rompió pronósticos al eliminar a EE.UU. en semis. ¿Quién podría ser la revelación en 2025?
Varios apuntan a Haití nuevamente. Los caribeños ya demostraron su capacidad de sorpresa y cuentan con jugadores para repetir una actuación destacada. Si Haití logra meterse en cuartos (posiblemente enfrentando a México o Panamá), podría complicar a cualquiera en un partido de eliminación directa con su fútbol veloz y aguerrido. Otro candidato es Guatemala: viene en ascenso, y si logra avanzar a cuartos, sería un logro enorme en sí mismo, pero además su estilo ordenado podría poner en aprietos a un gigante en esa instancia. El proceso de Tena ha dado confianza a los chapines, por lo que no sería descabellado verlos entre los ocho mejores, lo que los convertiría en revelación considerando que estuvieron ausentes de torneos importantes por mucho tiempo.
Curazao es un tapado a seguir: con Advocaat como estratega y varios jugadores con roce europeo, tiene los ingredientes para dar un golpe. En 2019 ya estuvo cerca de semifinales (perdió por la mínima con EE.UU.), así que si logran colarse entre los cuatro mejores este año sería sorprendente pero no imposible. Arabia Saudita podría considerarse revelación en contexto Concacaf si llegara a instancias finales (semis o final), dado que es nuevo en la competencia; sin embargo, por su experiencia internacional, su buen desempeño no sorprendería tanto como el de un equipo caribeño o centroamericano de menor rango.
Entre las selecciones centroamericanas, El Salvador sueña con ese papel. Con Bolillo Gómez podrían recuperar protagonismo y meterse a semifinales, lo que sería un campanazo para una Selecta que no lo logra desde los 80. Trinidad y Tobago también ansía volver a primeros planos; si Yorke lograra inspirarlos hasta semifinales, sería sin duda una de las historias del torneo.
No podemos olvidar a Guadalupe o República Dominicana si hablamos de revelaciones: si cualquiera de estos dos logra siquiera pasar de ronda, sería histórico. Guadalupe ya lo hizo en 2007, así que repetirlo después de tanto tiempo la pondría automáticamente como la sorpresa. Dominicana, en su debut, tiene muy pocas probabilidades en teoría, pero el fútbol da sorpresas y un buen resultado (por ejemplo un triunfo ante Surinam) ya sería resonante para ellos.
En suma, los equipos revelación potenciales apuntan sobre todo a los del Caribe y Centroamérica considerados “segundo nivel” en Concacaf. Su principal obstáculo es que en cuartos de final normalmente chocarán contra potencias. No obstante, ya se ha visto a “matagigantes” en este torneo: Haití eliminó a Canadá en 2019, Jamaica a México en 2017, Qatar a El Salvador en 2021, etc. La clave para estos equipos pequeños será llegar con sus mejores hombres y aprovechar al máximo sus oportunidades (penales, contragolpes, errores rivales). También influirá la sede: jugar en ciudades con comunidad emigrante de su país puede darles un empuje anímico inesperado.Si tuviéramos que elegir uno, Haití posiblemente encarna el perfil ideal de revelación: ya lo fue y conserva piezas de aquel logro. Pero habrá que ver el desarrollo; la belleza de la Copa Oro es justamente cuando David pone en aprietos a Goliat.
Claves tácticas y contexto rumbo al 2026
El aspecto táctico de la Copa Oro 2025 estará marcado por la presencia de varios entrenadores de renombre internacional, algo poco usual en torneos previos. Este año, numerosas selecciones serán dirigidas por técnicos con experiencia en ligas top o mundiales, lo que podría elevar el nivel estratégico de los partidos:
- Estados Unidos con Mauricio Pochettino (ex PSG, Tottenham) propone un juego de presión intensa y transiciones rápidas. Pochettino está intentando inculcar mentalidad ganadora, aunque aún ajusta detalles tras detectar problemas culturales en el equipo. Seguramente veremos a un EE.UU. buscando recuperar alto y atacando por las bandas con velocidad, fiel al estilo que el argentino pregona.
- México con Javier Aguirre ha optado por un enfoque pragmático y disciplinado. Aguirre prioriza el orden defensivo y el sacrificio, sin renunciar al talento de sus jugadores. Bajo su guía, México ganó la Nations League 2025 arrebatándole el título a EE.UU., mostrando un planteo inteligente. En Copa Oro, México podría alternar entre presión en bloque medio y salidas rápidas con sus extremos (Lozano, Antuna), administrando energías pensando en las rondas finales. La experiencia de Aguirre en mil batallas le permite manejar diferentes esquemas según el rival.
- Canadá con Jesse Marsch probablemente será uno de los equipos más verticales. Marsch es discípulo de la escuela Red Bull: presión alta, juego directo al recuperar, muchos desmarques al espacio. Con jugadores veloces como Davies, Buchanan o Larin, Canadá puede ser letal en contraataque. Tácticamente, quizá veamos un 4-3-3 agresivo. La duda será cómo ajusta Marsch la defensa para no quedar expuesta cuando adelanten líneas.
- Honduras con Rueda y Costa Rica con Herrera contarán con técnicos clásicos de Concacaf. Ambos privilegiarán el equilibrio: defensas cerradas, mediocampos combativos y salidas ordenadas. Rueda acostumbra un 4-4-2 flexible, mientras Herrera podría usar un 5-3-2 si ve a su equipo inferior en posesión contra México, por ejemplo. La batalla táctica entre Rueda, Herrera, Bolillo Gómez (El Salvador) y otros estrategas con bagaje será interesante en los duelos centroamericanos, donde todos se conocen bien.
- Jamaica con Steve McClaren añade la intriga de cómo un técnico inglés adaptará su estilo a jugadores caribeños. McClaren en su carrera usó mucho el 4-2-3-1; con Jamaica podría reforzar la estructura defensiva (línea de 4 sólida, doble pivote físico) para liberar a sus talentosos atacantes arriba. Si logra compactar al equipo, Jamaica sumará rigor táctico a su ya potente físico, volviéndola muy peligrosa.
- Curazao con Advocaat y Arabia Saudita (posiblemente con un DT europeo de primer nivel, sea Mancini u otro) también aportarán planteamientos tácticos disciplinados. Advocaat es famoso por su 4-3-3 organizado; intentará que Curazao sea ordenado y efectivo en las pocas chances que genere. Arabia, por su parte, viene de la escuela de Renard/Mancini, con un 4-2-3-1 donde los extremos (Al-Dawsari) son clave; es un estilo similar al europeo de posesión moderada y contragolpe veloz.
Otro factor táctico serán las condiciones climáticas y físicas. Si bien el torneo se juega en junio, en algunas sedes de Estados Unidos el calor y humedad pueden ser elevados. Esto históricamente ha beneficiado a equipos caribeños o centroamericanos acostumbrados, y puede nivelar partidos contra los norteamericanos o los saudíes. La profundidad de plantel será crucial: México y EE.UU. pueden rotar sin perder calidad, mientras otras selecciones dependen muchísimo de su once titular. En un torneo corto y exigente (hasta 6 partidos en 3 semanas), el manejo de las cargas será táctico también –quizá veamos a favoritos dosificando en algún partido ya clasificados, lo que podría abrir ventana a sorpresas.
Las jugadas a balón parado tradicionalmente definen encuentros cerrados en Copa Oro. Equipos como Honduras, Panamá o Jamaica, con altura y buen juego aéreo, buscarán explotar corners y tiros libres. La táctica fija puede ser el arma de los underdogs para derribar a un grande en un partido parejo.
Por último, el contexto del Mundial 2026 jugará un rol en la mentalidad táctica: México, EE.UU. y Canadá, ya clasificados a ese Mundial, quieren usar la Copa Oro para probar esquemas y jugadores. Por ejemplo, podría ser la oportunidad de ver a EE.UU. experimentar con una dupla de ataque Balogun-Sargent o a México probando diferentes mediocampos (¿Edson Álvarez como líbero o contención?). Sin la presión de las eliminatorias, quizás se arriesguen más en lo táctico para ganar variantes. Contrariamente, selecciones que sí deberán jugar eliminatorias (casi todas las demás) pueden preferir afianzar una base titular y estilo definido en Copa Oro, para luego trasladarlo al clasificatorio mundialista que continúa.
En conclusión, a nivel táctico veremos un choque de filosofías: desde la intensidad moderna de Pochettino y Marsch, pasando por la experiencia pragmática de Aguirre, Herrera, Rueda y Gómez, hasta la escuela europea de McClaren, Advocaat y posiblemente Mancini. Esta diversidad enriquecerá el torneo. Las claves tácticas que podrían definir el campeonato incluyen la capacidad de adaptación de los favoritos ante sorpresas (¿podrá México vulnerar un muro defensivo caribeño?, ¿EE.UU. descifrar la incógnita saudí?), la gestión de la fatiga y rotaciones, y los duelos individuales de talento (¿podrá una defensa centroamericana contener a estrellas como Davies o Pulisic?).
Al final, la Copa Oro 2025 no solo coronará al campeón regional, sino que dará un panorama de cómo encaran las selecciones de Concacaf la recta final hacia 2026. Con fuentes confiables apuntando a México y EE.UU. como grandes favoritos pero sin descartar sorpresas, todo está servido para un torneo emocionante, objetivo y dinámico en el que cada equipo buscará escribir su propia historia dorada.