
El mundo del fútbol se une al adiós del Papa Francisco
El Papa Francisco, cuyo nombre de nacimiento era Jorge Mario Bergoglio, falleció el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 a.m. en la Casa Santa Marta del Vaticano, según informó el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Sede. Con 88 años recién cumplidos, el primer pontífice latinoamericano cerró su labor tras casi doce años de liderazgo, a pesar de haber padecido una neumonía bilateral en febrero y sufrir complicaciones respiratorias. Pese a ello, pudo impartir su tradicional bendición pascual el domingo anterior al suceso.
Un “cuervo” de corazón azulgrana
Desde su infancia en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Bergoglio fue un devoto simpatizante de San Lorenzo de Almagro. En 2008, ya siendo arzobispo de la capital argentina, recibió su carnet de socio vitalicio y, al asumir el pontificado en marzo de 2013, reafirmó con orgullo su condición de “cuervo”. El club homenajeó al nuevo Papa con una camiseta con el nombre “Francisco I” y celebró su coronación levantando el torneo Inicial 2013 y, al año siguiente, la Copa Libertadores 2014. Aquella vez, los campeones viajaron al Vaticano para mostrarle el trofeo, un momento emotivo que demostró la pasión compartida entre el Sumo Pontífice y su equipo de siempre.
Réplicas en la escena futbolística
La noticia de su fallecimiento desató una oleada de expresiones de respeto en el deporte rey. San Lorenzo declaró duelo, destacando: “Nunca hubo un aficionado más especial que él”. La Asociación del Fútbol Argentino y la Liga Profesional suspendieron las jornadas del lunes 21 de abril como señal de luto, y rivales históricos como Boca Juniors, River Plate, Racing Club e Independiente elogiaron su humildad y su impronta como orgullo nacional. Lionel Messi publicó en sus redes una fotografía junto al Papa: “Un pontífice cercano y argentino… QEPD Francisco. Gracias por mejorar nuestro mundo. Te extrañaremos”. En Europa, clubes de primer nivel como Real Madrid, Barcelona, Juventus y Milan también guardaron un minuto de silencio, izaron banderas a media asta y divulgaron comunicados oficiales.
Competiciones en pausa y homenajes
Tanto en Argentina como en Italia se reprogramaron encuentros: la AFA y la Liga Profesional movieron todos los partidos del lunes 21 de abril, mientras que la Serie A pospuso la fecha 33 de su calendario de Pascua. Las divisiones inferiores, femeninas y juveniles siguieron el mismo protocolo. Antes de los partidos reprogramados, cada estadio guardó un minuto de silencio y los jugadores saltaron al césped con brazaletes negros. Al mismo tiempo, las campanas de San Pedro resonaron en señal de duelo y en Buenos Aires miles de seguidores se congregaron ante la Catedral para entonar cánticos y desplegar sus banderas azulgranas.
Legado en México: su visita de 2016 y el deporte como esperanza
La gira apostólica del papa Francisco por México, del 12 al 17 de febrero de 2016, dejó huellas profundas en el ámbito social y deportivo del país. Durante seis intensos días, Jorge Mario Bergoglio recorrió la Ciudad de México, el Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua, llevando consigo un mensaje de reconciliación, justicia y fraternidad que conectó especialmente con los jóvenes y las comunidades vulnerables a través del deporte.
Ciudad de México y Ecatepec: encuentros multitudinarios y llamado a la juventud
El 12 de febrero de 2016, Francisco aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde unas 300.000 personas lo recibieron en el trayecto hacia el Zócalo capitalino. Allí presidió una misa histórica ante cerca de 250.000 fieles, en la que hizo un guiño a la importancia de la vida comunitaria y el cuidado de los más pobres.
Al día siguiente, se trasladó a Ecatepec (Estado de México), uno de los municipios más populosos del país, para oficiar una celebración eucarística ante más de 400.000 personas. Fue en Ecatepec donde Francisco instó a las juventudes mexicanas a “resistir las tentaciones del materialismo y la corrupción” y a construir cultura de paz, un mensaje que resonó tanto en parroquias como en las comunidades deportivas de la zona.
San Cristóbal de las Casas (Chiapas): reconciliación con pueblos originarios
El 15 de febrero, el Papa viajó al corazón indígena de México, San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. Allí se reunió con líderes de las comunidades tzotzil, tzeltal y tojolabal, celebró una misa con rezos en sus lenguas originarias y pidió perdón por los abusos históricos contra los pueblos originarios. Para los jóvenes deportistas de las escuelitas comunitarias, su presencia fue un impulso: Francisco destacó cómo el fútbol y otras disciplinas pueden servir para preservar culturas y fomentar el respeto entre distintas etnias.
Morelia (Michoacán): la juventud en el estadio José María Morelos
El 16 de febrero, la comitiva papal llegó al estadio José María Morelos de Morelia, donde más de 30.000 jóvenes se congregaron para escucharlo. En este lugar, que habitualmente vibra con goles y cánticos, el Papa subrayó que “para educar a un joven, hay que jugar con él”, alentando la creación de escuelas deportivas que ofrezcan alternativas a la violencia. Ese mismo día, compartió un momento informal con un balón junto a un grupo de seminaristas y atletas locales, mostrando que su fe y su pasión por el deporte pueden convivir en un abrazo simbólico.
Ciudad Juárez (Chihuahua): solidaridad en la frontera
La clausura de su visita tuvo lugar el 17 de febrero en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde ofició una misa binacional en un recinto cercano al muro fronterizo. Frente a más de 150.000 asistentes y con mirada puesta en la realidad de los migrantes, Francisco pidió “compasión y justicia” para quienes cruzan la frontera en busca de un futuro mejor. Allí mismo, alentó proyectos deportivos comunitarios como una forma de construir esperanza y fortalecer el tejido social en zonas afectadas por la violencia.
El deporte como puente de fraternidad
A lo largo de su estancia, el Papa demostró que el fútbol y otras actividades físicas son mucho más que un espectáculo: son herramientas de inclusión y paz. Inspiradas por sus palabras, parroquias, ONGs y gobiernos estatales reforzaron programas de fútbol barrial y torneos intercolegiales, buscando canalizar la energía juvenil hacia la disciplina, la solidaridad y el diálogo. Murales con la imagen de Francisco empuñando un balón comenzaron a florecer en canchas de los barrios populares, recordando a todos que el deporte puede ser semilla de esperanza y cambio social.
Su paso por México en 2016 confirma que Jorge Bergoglio no solo fue el “Papa futbolero” en el Vaticano, sino también un promotor activo del deporte como camino hacia la unidad y la reconciliación. Allí donde hubo un balón rodando, dejó un mensaje eterno: en equipo, con fe y corazón, se puede construir un mundo mejor.
Con su fallecimiento, el Papa Francisco deja atrás un testimonio único: el de un líder espiritual que nunca renunció a su pasión futbolera. Hoy, el universo del fútbol lamenta su partida, consciente de que, en cada estadio y aficionado, perdura su espíritu de hincha que unió fe y balón.